Fidel estuvo una tarde cualquiera en la barra de un bar, tomando un café cuando ya no quedaban menús ni clientes. Allí, en ese silencio espeso que lo envuelve todo, fue testigo de una escena que aún le pesa. Una camarera, con los ojos húmedos, esquivaba la barra mientras un cliente habitual insistía con una broma que no era broma: le decía que tenía el cuerpo y el rostro perfectos para ser “persona de compañía”.
La dueña del local no intervino. Fidel, tampoco.
Ese silencio, admite hoy, lo convirtió en cómplice involuntario. Y ahí está la reflexión: en cómo la sociedad tolera demasiado, cómo el cliente se convierte en rey y la dignidad de la mujer en moneda de cambio.
Años después, Fidel no es el mismo que aquel día. Su voz se vuelve crítica, contra una cultura que aún protege más al abusador que a la víctima. En este episodio de Limiar no solo cuenta la escena, también interpela: ¿qué habrías hecho tú? Porque callar nunca es neutral.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar