La 68ª edición del Festival de Berlín ha sido polémica en su palmarés y ha recibido críticas por el nivel de su Sección Oficial. Sin embargo, en la crónica de este episodio dando un repaso a lo mejor que se pudo ver entre el 15 y el 25 de febrero en la capital germana se puede comprobar que, como siempre, hay mucho más cine ahí fuera en un certamen de estas características en sus abultadas y eclécticas secciones paralelas. Entre los cinco continentes cine de acción real y animación stop-motion, con sátira social y política, terror psicológico con giros locos, documentales y artefactos cinematográficos que exploran la memoria y denuncian la impunidad de los criminales de otros tiempos y exponen a sus víctimas. Y como siempre en conjunto una selección contundente de títulos que utilizan una aproximación crítica hacia nuestra realidad con un compromiso político evidente, que es la marca de distinción de una Berlinale que está a punto de cambiar de máximo responsable y se acerca al final de una era.